Poesía de vanguardia inspirada en los sobrevivientes.
Después de su publicación en Guatemala durante el Día Internacional del Libro, y despegar con éxito en la XIII feria literaria del país centroamericano (Filgua, 2016), el escritor I.J. Hernández (S/C de La Palma, 1979), nos regala su segundo proyecto poético: Me preguntaron por drogas y hablé del amor (hasta la fecha ha publicado el poemario Eco Nocturno (2009); el libro de relatos: Eight O´Clock (2011), y dos novelas: Crónicas contra la ingravidez (2013), y Yo asesiné a Kennedy (y a sus 7 guardaespaldas, 2015).
Me preguntaron por drogas y hablé del amor (POE, Guatemala; Mutants Club Poets, España), es un libro de boxeadores que no se miran a los ojos, y de físicos que suspendían la química en la E.G.B., de hermosos cometas que son basura cósmica, y, sobre todo, un libro de sobrevivientes, los fieles a la religión del ahora y aquellos que han alterado el espacio-tiempo viviendo todos los días el mismo día. Sobrevivientes de un final de mes infinito.
I.J. utiliza un lenguaje directo, de una sonoridad que invita a tararear cada uno de sus versos con los labios salpicados de cerveza, repleta de metáforas explosivas y referencias al séptimo arte, la metaliteratura, o la más potente de las drogas: el amor como método de redención.
¿Qué encontrará el lector en este poemario? La contraportada proyecta una pista definitiva: “Bolaño dijo que la poesía entra en el sueño como un buzo muerto en los ojos de Dios. En este poemario Dios esnifa paraísos perdidos, escucha a Cal Tjader, lee a Kafka. Alguien le revienta la cabeza al Altísimo con una Beretta calibre 22. Keep Calm. Como cualquier yonqui enamorado, del maldito sueño renace”.
A la venta a partir del 5 de septiembre
+info sobre el autor: www.ijwriter.com